Nada ocurre por casualidad, desde mi
juicio personal la casualidad no existe! Lamentablemente la mayoría de los
seres humanos menosprecian su maravillosa capacidad de creación, intuición y
por supuesto el poder del pensamiento y la palabra. Somos responsables de lo que nos sucede, se
escribe y lee fácil pues lo es, pero somos
nosotros los que no terminamos de permitir que suceda, simplemente por
menospreciar la capacidad que tenemos de crear el mundo con la vida que queremos;
estamos acostumbrados a descargar la responsabilidad de lo que sucede en el
otro, y por supuesto ignorar el aprendizaje que nos deja cada situación que
vivimos, perdiendo el tiempo etiquetando en buena o mala cada cosa, cuando no hay nada bueno o malo que nos suceda, todo
lo que nos pasa es para aprender y transformar nuestra vida.
Venezuela un hermoso nombre para el país
en el cual muchos nacimos, otros muchos llegaron, respiraron su aire y
decidieron quedarse a construir una
mejor vida, todos unificados en un solo nombre venezolan@s.
Los venezolan@s que nos encontramos al regazo de la
maravillosa pequeña Venecia estamos degustando un histórico momento de
aprendizaje; aprendizaje que lleva a transformar nuestra forma de observar, de
conversar, de construir, de relacionarnos en pro del país que queremos. Un país “Vinotinto” en el cual muchos decidimos quedarnos, volver
a nacer fuera de nuestra zona de confort, descubriendo talentos emprendedores,
despertando todo ese ADN mestizo en un siglo XXI donde ya no importa “SER”
mejor pues se premia el “SER” y pensar diferente.
Tristeza, miedo, rabia, desolación,
esperanza, entusiasmo, alegría, optimismo, felicidad, tranquilidad, paz y sobre
todo “AMOR” son emociones que nos habitan.
Si somos seres creadores, responsables de nuestros pensamientos, acciones y nos proponemos a entrenar para
construir la vida que queremos, la pregunta es:
¿Para qué nos conectamos con lo que
NO queremos?
Todo lo que sucede es para vivir, aprender,
tomar decisiones, crecer como ciudadanos.
Conversemos desde la posibilidad haciéndonos cargo de nuestras
responsabilidades, dejando fuera el dolor y la queja responsabilizando a otro por
lo que quieres. Solo una persona que se
hace cargo de sí misma como Nelsón Mandela que estuvo prisionero por pensar
diferente durante 27 años es capaz de compartir con el mundo:
Ahora venezolan@ es nuestra oportunidad
de levantarnos.. Siempre!
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